La revolución digital de la que todos ya somos parte ha planteado una serie de cambios, desafíos y oportunidades. En ese sentido, el avance de la tecnología ha propiciado, a su vez, el desarrollo y consolidación de las blockchain en diferentes mercados y sectores.
En el rubro inmobiliario, la digitalización ha contribuido a mejorar procesos y agilizar transacciones y operaciones que muchas veces resultaban complejas o requerían trámites de mediano y largo plazo. En ese marco, la tokenización de activos inmobiliarios promueve la democratización de la inversión en real estate, ya que posibilita fraccionar un proyecto inmobiliario en cuotas partes o token y generar tickets de compra con valores más accesibles para cualquier inversor. Esto permite que pequeños compradores o inversores ingresen a este mercado con inversiones más bajas.
A su vez, los tokens son una representación digital de un activo real o virtual, registrado en una cadena de bloques, lo que permite transferirlo de una persona a otra de forma digital.
Por su parte, los NFT o tokens no fungibles son representaciones inequívocas de activos (físicos o digitales), en la red blockchain. Se basan en la misma tecnología que las criptomonedas pero, a diferencia de ellas, no se pueden dividir ni intercambiar, pero sí se pueden comprar y vender.
Los NFT existen desde el año 2014 y, desde entonces, han contribuido a impulsar el sector de las proptech o de la tecnología inmobiliaria, ya que contribuyen a tokenizar la economía, eliminando barreras de acceso y simplificando los procesos de diversificación de las inversiones.
La principal característica de los NFT es que cada uno es único y esa autenticidad es verificada a través de un certificado registrado y alojado en el blockchain. Es decir, la tokenización de inmuebles es la titularización digital de activos inmobiliarios físicos y un NFT representa la información o datos de propiedad del inmueble (ubicación, características, planos de construcción, derechos del inversor, entre otros) que se encuentran almacenados y registrados en la cadena de bloques, certificando la propiedad y la singularidad de un activo digital.
En este punto, es bueno aclarar que cuando se adquiere un token o un NFT de un inmueble, por dar un ejemplo, no se adquieren metros cuadrados, sino una participación del negocio.
Inversión colaborativa y amplitud de mercado
Al tratarse de contratos inteligentes registrados en nodos descentralizados mediante los cuales una persona asume la propiedad de un activo digital, los NFT son una de las formas más confiables de realizar inversiones en el mundo digitalizado.
Pero, a su vez, y como mencionábamos anteriormente, han impulsado al sector inmobiliario a dar un paso y generar otra posibilidad ya que los NFT permiten desarrollar la propiedad fraccional, de manera que la totalidad de un bien esté repartida entre varias personas.
En otras palabras, con la tokenización es posible fraccionar un proyecto inmobiliario en cuotas partes o token y generar tickets de compra con valores más accesibles para cualquier inversor. De esta manera, la tokenización permite que pequeños compradores ingresen al mercado inmobiliario con inversiones más bajas.
Quienes adquieran esos token podrían recibir una renta o un reparto de ganancias por la revalorización del capital en el momento de la venta, o ambas cosas.
La tokenización de Pienza como propuesta de inversión
Proyectado como el primer emprendimiento para el desarrollo de la industria del conocimiento y la vida de las personas, el proyecto de GNI Pienza, Ecosistema Urbano del Conocimiento, además de resolver un problema urbano y habitacional, permitirá nuevas modalidades de inversión en unidades destinadas a renta.
En este sentido, la comercialización de Pienza se basará en la emisión de tokens respaldados en activos físicos apoyados en una plataforma digital, lo que facilitará realizar la operatoria de manera totalmente online. Es decir, el inversor podrá realizar la compra, venta y gestión de la cuota parte adquirida de forma totalmente digital.
De esta manera, se le asegurará al inversor lo que se conoce como las “cuatro R de la inversión”:
- Resguardo: el inversor ingresa con un ticket más bajo que el valor de un departamento y resguarda su capital o patrimonio en un bien tangible.
- Revalúo: por las características del proyecto Pienza, su ubicación estratégica y consolidación de la propuesta, la inversión en el mismo se revaluará a lo largo del tiempo.
- Rentabilidad: cuando el emprendimiento esté en funcionamiento, generará al inversor una renta mensual.
Reventa: el revalúo de la propiedad y la modalidad de gestión de las cuotas partes a través de tokens facilitará la rápida venta y salida de la inversión.